sábado, 7 de mayo de 2016

Noche



       ¡Ardía cada pliegue de su respiración haciendo de su agitación inquietud y, de su paz, rebeldía!. ¡Por su garganta corría el fuego del huracán de las caricias! ¡no podía respirar!, ¡se ahogaba en el latido de un alma que estalla en pedazos cuando nada puede sujetarla, cuando ya es demasiado tarde para la prudencia!...


      Miraba al vacío, encontrando aquella estatua de sal que escondía tras su rostro una pasión desatada y, tras sus manos, todo un universo de constelaciones prodigiosas esperando ser descubiertas.
       ¡No podía ser de otra manera!, le llamó en la noche de las brumas con olor a pasión, clamando a su alma encendida para sentir el tañir de su piel, ¡una vez más!, ¡un suspiro más!, ¡jadeando!....
Su cuerpo se desvaneció entre sus dedos, dejando las brasas de la mirada cuando todo lo amado se pierde entre la noche como la niebla de un sueño. 

3 comentarios:

  1. Puro fuego y maestría Ismael. Excepcional

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  2. Elena Fernández Cueto9 de mayo de 2016, 8:43

    Sigo tu página desde el inicio y no puedo más que decirte que me llena de sueños cada escrito. Es una forma de llenar de emociones los días que a duras penas tienen algo diferente. Por favor, sigue con ella.

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  3. Siempre gracias por vuestros mensajes que tanto valoro. Efectivamente amigas intento apartarme del camino establecido para hablar y entender las emociones de otra manera.

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