Buscó el rincón más lejano de aquel
solitario salón para llorar. De todas formas no importaría si caían unas
cuantas lágrimas más, pues era lo que había estado haciendo desde hace meses.
Pensó en lo grande que puede resultar una
casa cuando te han dejado solo, cuando la que ayer te decía amarte, ahora
escapaba del hogar entre las brumas de la noche para no verse obligada a
susurrar adiós.
Un día sus problemas se apoderaron de
la vida, de su presente y de su futuro que se cernía umbrío cerrándose a cada
paso.
¡No
me dejes! imploró entre sollozos.
Ella dándole la espalda siguió haciendo la maleta mientras le decía: ¡si estás así es porque quieres!, todo el
mundo tiene una depresión y sale de ella, te gusta estar enfermo….
Aquel hombre que nunca sintió miedo por nada ahora estaba despavorido.
Desde la muerte de su hermano no había conocido la paz. Un sentimiento de dolor
y de desesperanza se clavó en su corazón y no podía parar de llorar. En el
trabajo le apartaron a otro puesto “menos
molesto” pero él sentía que querían apartarle pues las personas con depresión
son un incordio.
Nadie quiere estar al lado de una persona que
no sabe cómo salir del pozo insondable de la desesperanza, que no es capaz de
sentir el amanecer sino como un día más
de martirio, como unas horas más de sufrimiento en la que encontrará a alguien
que le diga “tienes que animarte” o “tienes
que venirte arriba”……
Un día su mejor amigo, aquel en el que
siempre encontró un abrazo le dijo: ¡vamos
a quedar a tomar un café y charlamos que te veo triste!, él se sintió
reconfortado, al menos una persona quería compartir su pesada carga, pero también
fue la última. Después de aquel café todo fueron excusas y esquivarle por lo
pasillos para evitar un encuentro. Pronto se dio cuenta que las personas que
sufren son solitarias, comprendió que los demás los dejan por otros más fáciles
o sencillos de tratar. Es sin duda difícil y duro prestar tu hombro a un amigo
que sufre, pero, ¿no se trataba de eso la amistad?.
Su novia no resultó distinta. De los primeros días de “para lo bueno y lo malo” cuando falleció
en un accidente su hermano, pasaron a “así
no puedo soportarte”, iniciando un enorme y costoso viaje personal hasta
pedir ayuda….pero ya era tarde. Él se vino abajo y no supo remontar.
Hoy era sábado, quizás ya no era el día más triste del año pero él lo
sentía así. Ella no quiso o no pudo esperar al lunes en el que iría a ver a un
psicólogo que le pudiera ayudar.
Se sentó en el sillón en aquel desangelado salón y se tapó con una vieja
manta. El tiempo empezará a pasar con la última lágrima mientras fuera la noche
se apodera de los instantes.
Que solidarios somos a veces con las personas que sufren en lejanos
países y que distantes con los que sufren a pocos suspiros de nosotros. Muchas
veces no hay que hacer nada más que escuchar, agarrar su mano y dejarles sentir
que no están solos.
Que buen post Ismael! Todo el mundo debería leerlo y reflexionar sobre él.
ResponderEliminarMil gracias Esther pues busqué la realidad más descarnada, aquella que golpea tu alma como un mazo para no hacerla bonita, sino real. Un abrazo enorme
EliminarMil gracias Esther pues busqué la realidad más descarnada, aquella que golpea tu alma como un mazo para no hacerla bonita, sino real. Un abrazo enorme
EliminarSiempre describes la verdad con elegancia. Hoy, tu sabes que vuelvo a pasar por uno mas de todos esos "peores días de mi vida"..., y ahí estas, como siempre desde que nos conocemos... Te quiero muchísimo y cada día doy gracias por ser tu amigo... Es una fortuna tenerte y es una fortuna ver que tu vida es ayudar a tantos y tantos, y de tantas formas diferentes... Te quiero, te admiro y te agradezco que me quieras, aun conociendo mis defectos... Gracias Ismael..., gracias... Fdo.; Tu Juanky.
ResponderEliminarQuerido Juanki. Hace mucho que para querer a las personas miro sus corazones en.vez de su índice de acierto. Defectos??? De existir tus virtudes los superan por lo que renuevo mi pensamiento que el regalo de la vida fue hacia mi al conocerte. Un beso enorme y hoy a tu lado, como siempre.
ResponderEliminar